El rey Juan Carlos de España y la reina Sofía conversan amenamente con el presidente del Perú Alan García luego de la reunión que sostuvieran en el Palacio de Gobierno del Perú en su primer acto oficial luego de su llegada a Lima.
Foto: Reuters
El Comercio
por Hector López Martinez
Historiador
publicado el 28 de octubre
Se encuentran en Lima, en su tercera visita oficial al Perú, los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, que con su presencia reforzarán la relación bilateral hispano -peruana al máximo nivel con la firma de un acuerdo de asociación estratégica. Mucho y bueno se puede decir de la real pareja que se ha convertido en un verdadero ejemplo de cómo debe ser una monarquía constitucional. La corona tiene en España un rol importantísimo de convocatoria y síntesis sin distingos de ninguna clase. Los reyes han venido devolviendo la visita que el presidente de la República, Alan García, les hizo en España en enero del presente año.
España es la octava economía del mundo. Mucho de este éxito en el campo de las finanzas se lo debe a sus reyes, embajadores inmejorables que abrieron ancho camino a sus empresarios para que pudieran invertir exitosamente en países de todos los continentes. No sería justo dejar de mencionar que el Gobierno Español, dentro de la Comunidad Europea, ha tomado la misión de ser acucioso gestor para direccionar inversiones del Viejo Mundo hacia Iberoamérica. De ello puede dar cumplida cuenta la Cámara Oficial de Comercio Española en el Perú. Sus empresas tienen vocación de arraigo en nuestro país; su personal hispano se identifica plenamente con nosotros y muchos de nuestros compatriotas tienen muy altas posiciones dentro de ellas. Esto es muy importante, pues se convierten en un referente para que otros países europeos hagan lo propio en nuestro medio.
España es el primer inversor en el Perú, al representar un 23,21% del total que recibimos del exterior. Somos también el primer país receptor de cooperación para el desarrollo. Existe un fondo de apoyo a los microempresarios con un monto acumulado de 73 millones de euros. En lo cultural, la asistencia española tiene antigua y generosa data. Precisamente los monarcas viajarán a Trujillo para visitar los trabajos arqueológicos de la huaca de la Luna, costeados por la Cooperación Española. La secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, ha remarcado la "gran estabilidad política y económica" del Perú.
Esta visita oficial de los reyes, y la ya mencionada firma del acuerdo de asociación estratégica, nos coloca respecto de España en la misma posición que otros países como Colombia, Argentina, Brasil, Chile o México. Volviendo la mirada al pasado no podemos olvidar que los virreinatos de México y el Perú fueron a lo largo de tres centurias las dos joyas más refulgentes de la corona española.
Sencillo, jovial, deportista, don Juan Carlos conserva el ingenio de su abuelo don Alfonso XIII. En alguna oportunidad dijo en una entrevista que de no ser rey le hubiera gustado ser marino. Esa atracción por el mar la ha heredado de su padre, don Juan, conde de Barcelona y capitán general de la Armada española. Los reyes viven sobriamente en La Zarzuela, sin cortesanos, boato ni camarillas. Cumplen su oficio con absoluto respeto a la Constitución de 1978. En suma, se trata de una monarquía del siglo XXI que, ojalá, en su día, que deseamos muy lejano, sepan continuar sus descendientes con el mismo talento y discreción, en la primera acepción que le da a este último vocablo el Diccionario de la Real Academia Española.
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