sábado, 4 de abril de 2009

Mirando el porvenir



Las lecciones de Luis Jaime. Norma Editorial ha reunido en un volumen una selección de artículos publicados por el Dr. Cisneros en la última década en diferentes medios. Lúcidas reflexiones de un hombre entregado a la educación y, por tanto, con vocación de futuro.

El Comercio
Suplemento El Dominical


Por: Carlo Trivelli

“(...) el porvenir, el futuro, no está allá lejos, ni es inaccesible, como suele creerse. Ahora que lo nombro acá ante ustedes, estoy en el instante inicial que nos conduce a él. No es que allá nos espera el futuro, al final de la ruta. Es que estamos empezando, acá y ahora, a construirlo”. Con estas frases recibió Luis Jaime Cisneros a los alumnos que recién ingresaban a la Universidad Católica el año pasado. No hay que reparar solamente en la necesidad de vivir el momento y no postergar el trabajo ni la responsabilidad que habita esas palabras. Hay que darse cuenta de que Luis Jaime, un hombre en la primavera de sus 87 años, está hablando en primera persona del plural. Está diciendo “nosotros”. Está hablando de nuestro futuro, el suyo, el mío y el de los muchachos y muchachas que lo escucharon ese día en la Católica. Así es su mirada: llena de porvenir, de porvenir compartido.

Esos son los detalles que yo, que lo conozco bien, disfruto más en sus textos. Pero el motivo de estas líneas es más bien subrayar los grandes temas que esa mirada suya convoca y que, afortunadamente, Norma Editorial ha reunido en un libro, sacándolos del olvido de los archivos periodísticos, bajo el título de “Aula abierta”. La selección, de artículos publicados en la última década, viene prologada por Fidel Tubino y ofrece una amplia gama de temas, todos, sin embargo, estrechamente vinculados: política y nación, juventud y porvenir, lenguaje y universidad, elogios de la lectura, semblanzas de amigos ilustres y, por supuesto, reflexiones acerca de la educación. Son estas últimas las que acaparan mi atención.

Temas de educación
En unas 100 páginas del libro, el apartado dedicado exclusivamente a las reflexiones sobre la educación (en los otros el tema aparece siempre, aunque no sea el centro de atención) nos permite descubrir los ejes del pensamiento de Cisneros. En primer lugar, la relación —la identidad más bien— entre política y educación. A Luis Jaime le gusta repetir frases y esta, venida de la Grecia antigua, es la que viene al caso: “El primer objetivo de la política es la educación; el segundo objetivo, la educación; y el tercero, la educación”. Pero ojo, no se trata de una aspiración, sino de todo lo contrario, de la recta manera de entender tanto política como educación, como aquello que atañe a la vida de la comunidad y el desarrollo individual y social de sus miembros.

Bajo este gran paraguas desfilan las reflexiones acerca de la democratización del país y la educación, de la consecuente necesidad de una educación bilingüe allí donde sea necesaria, de las miserias de la educación cívica o las miopías de la formación para el trabajo que imparten nuestras escuelas y de la necesidad imperiosa de la lectura. Y así, de los grandes temas nacionales el maestro se va acercando a las perspectivas más personales e íntimas que, en el mundo de la educación, son dos: la de los profesores y la de los alumnos. Y ahí se establecen, como pilares inamovibles, la convicción de que enseñar es una vocación (y que por tanto el ejercicio profesional no puede verse mellado por otro tipo de consideraciones, sean estas económicas o sociales) y de que el proceso de educación es algo que el maestro hace brotar en el alumno para que este se descubra a sí mismo y sepa quién puede ser y aspire a serlo. Todo un mundo.

Esta página no puede ser más que una invitación a la lectura de “Aula abierta”, pues resulta imposible resumir en tan pocas líneas la profundidad y la riqueza que encierran las reflexiones de Luis Jaime Cisneros ahí reunidas, como también resulta inútil intentar calzar, en estos últimos tres renglones, mi cariño y mi admiración.

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