jueves, 6 de marzo de 2008

Colombia y La Tierra es Plana

por Carlos Morales Pizarro

Thomas Friedman en su exitoso libro La Tierra es Plana explica, desde su aguda perspectiva, que el mundo ha atravesado por tres grandes épocas de globalización en la que, en cada etapa de este proceso, se ha ido empequeñeciendo cada vez más. Este encogimiento de la talla del mundo es una metáfora que hace alusión a la cada vez mayor capacidad de los países, de las empresas y de los individuos para acercarse, comunicarse y relacionarse a pesar de las distancias geográficas. Friedman dice que la primera era, acontece con la conquista de naciones por otras naciones, incluyendo el descubrimiento de América por Colón. La segunda, impulsada por los primeros inventos modernos de inicios de la era industrial como la máquina a vapor y el ferrocarril y más cercanamente en el tiempo, por el desarrollo de las telecomunicaciones incluida la primera versión Web. Y la tercera era de la globalización, cuyo agente transformador es “...el recién hallado poder de los individuos para colaborar y competir a escala global...” y cuya palanca son los programas informáticos que en combinación con la red global de fibra óptica hacen posible que, cada vez más, estemos tan cerca unos con otros. Afirma también que, “...sin duda, hoy es posible que colaboren más personas que nunca...desde más rincones del planeta... que en ningún otro momento de la historia del mundo, gracias a los ordenadores, al correo electrónico, a las redes de comunicación, a las videoconferencias y a nuevos y dinámicos programas informáticos.”. Asimismo aclara: “....el aplanamiento del mundo quiere decir que actualmente estamos conectando todos los centros de conocimiento del planeta para crear una única red global, una red que (siempre que la política y el terrorismo no se interpongan en el camino) podría dar lugar a una asombrosa era de prosperidad e innovación...”

Como para confirmar esta realidad, eso es precisamente lo que ocurrió el último 4 de febrero, día en que el mundo fue testigo de la mayor manifestación popular que se haya visto en la historia mundial, a través de la cual, hermanos colombianos expatriados en más de 130 países, llevaron a cabo marchas por la paz en contra del grupo terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estas concentraciones que se realizaron simultáneamente en todo el planeta, recibieron el apoyo de millones de personas, que sin ser precisamente colombianos, tuvieron la oportunidad de expresar, con su activa participación en las marchas pacíficas, su indignación por el trato inhumano que este grupo terrorista le da a miles de personas, que por años, han sido secuestradas y que mantienen en cautiverio en la espesa selva colombiana. Pero todo este movimiento sin precedentes se originó gracias a que Oscar Morales Guevara, un ciudadano colombiano común y corriente, difundió una campaña en Internet, a través de la red social Facebook, denominado Un Millón de Voces contra las FARC. Acto seguido una avalancha de adhesiones de parte de miles y miles de asociados a la red, aparecieron de manera inmediata y abrumadora, respondiendo a un mensaje movilizador: “no más secuestros, no más mentiras, no más muertes, no más FARC”.

Pero el impacto que ha tenido este hecho, ha trascendido más allá del mero aliento a un pueblo colombiano, que sufre por una herida abierta que viene, por casi medio siglo, menoscabando el espíritu de paz que anhela esta nación. Además que, por su contundencia, este hecho debe marcar el inicio del fin del terrorismo en el hermano país, sin darnos cuenta, y a la par de los acontecimientos, el mundo ha podido confirmar la importancia de las redes de comunicación y el gran poder que representa esta herramienta tecnológica que es la Internet para el desarrollo de las relaciones humanas. Un poder que proviene de una combinación potente de espíritu humano con tecnología, que puede propulsar los cambios más increíbles en el desarrollo de las sociedades modernas y que, tal como promulga Friedman, nos puede permitir acceder a un mundo de paz y desarrollo en colaboración.

La tecnología mejorada de nuestros tiempos nos presenta alternativas de comunicación variadas como los blogs, podcasts, videologs, redes sociales, etc., que están proporcionándonos una impresionante capacidad de intercambiar la información y de llegar de manera directa a más y más personas. Por eso, al igual que Oscar Morales y muchos colombianos que dieron una muestra de gran solidaridad, los peruanos podemos utilizar el poder de las nuevas formas de comunicación y las herramientas tecnológicas para ser agentes del cambio y consolidar el desarrollo social que tanto queremos para nuestro país.

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