Tras los sucesos financieros y el enfriamiento de la economía mundial, sigue pensando en modular el gasto. Quizá con la actual situación corremos el riesgo de congelar la economía.
La razón de la modulación fue para estar preparados para enfrentar una situación como la que se viene desarrollando, de gran volatilidad en los mercados financieros internacionales y que está comenzando a contagiar a otros países. Sin embargo, con la respuesta de los países industriales esperamos que estas cosas se normalicen.
¿Cuánto nos puede contagiar esta crisis?
En la medida en que llegue una desaceleración mundial, el contagio vendría por el lado de nuestras demandas por exportaciones. Ya se nota desaceleración a causa del impacto inflacionario y de allí pasó a un impacto recesivo, pero con lo de esta semana todo se complica. La respuesta de los países industriales no es cualquiera, pues estamos frente a una respuesta sistémica. ¿Por qué? La magnitud de recursos que han metido en los últimos días y lo que meterán en los próximos ataca al sistema en su conjunto; no es una reacción a un problema puntual. Nunca hubo una respuesta tan masiva y completa que ataque a todos los puntos del sistema financiero internacional.
¿No seguirá este efecto dominó que vemos desde hace semanas con la caída de bancos?
Esperamos que, con las medidas adoptadas, lo que hubiera podido ser una crisis de dimensiones extraordinarias se controle. Todavía queda el factor subyacente, es decir, la desaceleración gradual del crecimiento mundial. Frente a todo lo que ha ocurrido, nos estábamos preparando, y por eso planteamos modular el gasto. Primero nos preparamos para que, si viene una inflación mundial, junto con una recesión, no nos agarre con un crecimiento tan exagerado de la demanda interna, porque eso podría magnificar el efecto inflacionario y recesivo que viene de afuera. El acuerdo en agosto pasado del Consejo de Ministros fue ejecutar un ritmo de gasto un poco menor del que veníamos haciendo hasta junio. Por eso siento que podemos transmitir tranquilidad en la medida en que estamos preparados para enfrentar la crisis. Tenemos la esperanza de que la respuesta de los países industriales sirva para contrarrestarla.
¿Cuánto puede dañar nuestra capacidad fiscal la reducción del precio de los metales?
Tiene un impacto muy importante. Además del impuesto que surge de la actividad económica, tenemos el que depende de los precios internacionales, que son muy volátiles, como la minería. Uno tiene que usar muy sabiamente los ingresos de carácter transitorio, como el canon. Esos recursos son volátiles porque además los yacimientos mineros se van agotando. Nos beneficiamos mucho en el 2006, 2007 y parte del 2008 de los muy buenos precios de nuestros minerales. Eso nos permitió ahorrar, y ahora contamos con las reservas necesarias para usarlas en caso de que las cosas sean más difíciles.
¿Pero seguiremos ahorrando?
Sí, porque hay mucha incertidumbre debido a la volatilidad del mercado internacional. Chile enfrenta un problema similar y ha tenido que aumentar su ahorro a 4% del PBI para poder contrarrestar el impacto inflacionario de los commodities. Nosotros estamos aumentando de 2,0%, que era el programa en mayo, a 2,7% nuestro ahorro de PBI, y para el próximo año estamos proponiendo ahorrar 2.3%. Ello significa que no estamos ahorrando tanto como el año pasado, que fue 3% del PBI. Cada vez ahorramos menos y habrá una tendencia decreciente. Si el ciclo económico mundial entra en un proceso recesivo y nos afecta, entonces tenemos que ir en contra de ese ciclo. ¿Cómo lo logramos? Gastando más y relajando las condiciones crediticias. Pero si eso lo hiciéramos hoy, en que la demanda y el crédito vienen creciendo rápido, sería muy difícil. Nos comprometería mucho la inflación. Hacia final de año esperamos tener bajo control la inflación.
La limitación del gasto puede generar rechazo, y con ello crece la posibilidad de un candidato antisistema que tire por la borda todo lo avanzado. ¿Está considerando esa variable?
Estamos preocupados por mantener un ritmo de crecimiento suficientemente alto como para seguir generando empleo. Segundo, en la estructura del gasto, estamos muy preocupados por la calidad del gasto social y de la inversión. Por eso estamos mirando con mucho cuidado que el gasto social llegue efectivamente a las personas que más lo necesitan. Ya encargamos al BID y al Banco Mundial evaluaciones de Juntos y otros programas.
Según las estadísticas, los programas alimentarios cubren un universo de niños mayor al realmente existente.
Así es, cubren a más de cinco millones de niños hasta 13 años, cuando en realidad hay 4 millones 200 mil niños. Debo decir que el asistencialismo es importante para aliviar la extrema pobreza, pero una vez que sales de ella lo más importante es entrar a la economía formal. Estamos con la Ley de Mypes para facilitar la formalización. Son tres ámbitos en los que debemos movernos: uno es lidiar con la extrema pobreza, otro con la informalidad y hacer que se integren productivamente a todo el proceso y en tercer lugar hay que garantizar que la economía formal tenga todos los incentivos para que siga creciendo. Hay que pensar en el futuro a través de la formación de capital humano y que el gasto en educación se vuelva más eficiente. Que nos garantice una productividad y comenzar a pensar en ciencia y tecnología en pro de las futuras generaciones.
Se atrasaron con la publicación del reglamento Mypes...
No nos hemos atrasado. El reglamento debe estar listo la próxima semana. El presidente quiere que las cosas se hagan más rápido. Y ya está listo. Tenemos una reserva de contingencia del presupuesto de más de 400 millones de soles para esa y otras reformas. Esperamos que sea el incentivo correcto para que trabajadores de las empresas y los dueños se formalicen.
Con la caída del precio del petróleo desaparece el fondo de combustibles...
El petróleo ha vuelto a subir y el fondo de estabilización debería protegernos de la volatilidad del precio, que debe ser absorbida por el fondo y que debe seguir las tendencias del mercado, pero no las ha seguido. Por consiguiente, han surgido un subsidio y una obligación del Estado. Eso no debe volver a suceder porque no es posible que gastemos en un subsidio que es ciego y que va a todos. Nadie habla de eliminarlos, pero sí de que llegue a las personas que realmente queremos proteger. En estos momentos, estamos con un subsidio superior a los 55 millones de soles semanales. De otra parte, estamos diseñando un plan rápido de conversión de los automóviles del Estado de gasolina a gas que nos permita ahorrar 110 millones de soles por año. Además, estamos considerando el programa del chatarreo. La tema es que los cálculos que se había hecho del costo del programa eran sobre la base de carros a diésel baratos. Pero ahora los carros que usan diésel son muy caros; están usando el diésel subsidiado. El día que se comience a normalizar el precio del diésel, entonces esos carros no costarán lo que dicen que cuestan.
¿La 'modulación' acaso no es una lenta frenada del crecimiento...?
No es una frenada. Es diferente dejar de acelerar que frenar. He tenido 95 reuniones con los ministros, presidentes regionales y representantes de alcaldes para preguntarles cuáles eran sus planes y costos de ejecución. Luego, lo que hemos dicho es que necesitamos asumir un compromiso de reducir el ritmo de crecimiento del gasto.
El Poder Judicial señaló un recorte de más de 400 millones de soles. ¿Esto pone en riesgo la aplicación del nuevo Código Procesal Penal?
Uno de los primeros proyectos en programas de gasto ha sido la implementación del nuevo Código Procesal Penal (CPP). Ese programa es muy importante y está totalmente financiado. Los recursos que solicitaron fueron presupuestados. Este nuevo código implica tener más fiscales, abogados y policías que jueces. Lo que pasa es que la gente del Poder Judicial dijo que antes tenía que hacerse una limpieza de expedientes y que se necesitaban 500 jueces. Pregunté por cuánto tiempo, y dijeron que por cinco años. ¡Cómo puede ser! Esos jueces se vuelven permanentes.
Usted mencionaba el tema de innovación y tecnología y resulta singular que un ministro de Economía proponga esos temas.
El crecimiento potencial del país es una variable muy importante. Nuestros técnicos han estimado que será entre 7% y 7,5%. Pero si queremos realmente llegar a altos niveles de ingreso y resolver los problemas de pobreza, necesitamos crecer a tasas sostenidas más altas. Ese crecimiento potencial ya no es solamente a través de inversión y con la integración de nuevos trabajadores en el proceso productivo, sino que también hay que cambiar los procesos productivos, hay que innovar con tecnología y traer conocimiento.
¿Cómo?
Manteniendo el clima de inversión que nos trae tecnologías.
¿Usted cambiará la reducción de aranceles que hizo Carranza?
En términos de recaudación directa puede afectar un poco, pero la ganancia en eficiencia y ampliación de la base productiva genera una nueva fuente de ingresos fiscales. Si hacemos ese cálculo, no hay duda de que una integración comercial trae ganancias para todos. No se puede comparar la pérdida circunstancial de ingresos por rebajas arancelarias con ganancia y eficiencia.
¿Se mantiene la meta de llegar al 2011 con 30% de pobreza pese a la inflación?
Se mantiene. Lo que hace la inflación es poner la meta más difícil. Por eso tratamos de bajarla. Hay gente que dice que estamos obsesionados con la baja de la inflación y por eso vamos a frenar la economía. De ninguna manera. Hacemos una política que garantiza que el crecimiento va a mantenerse a niveles suficientemente altos y con baja inflación, con el propósito de que nos ayude en el plan de reducir la pobreza. Además, estamos protegiendo la calidad de la inversión pública a fin de que haya la infraestructura apropiada para que la inversión privada no tenga dificultades. Estamos enfocándonos en todos los procesos. Si seguimos creciendo al 7% el próximo año, la pobreza se irá reduciendo. Quizá no tan rápido como en el 2007, un poco más despacio, porque la inflación afecta. No cambiamos objetivos cuando varía la situación, sino que cambiamos la política. La política hasta ahora había sido incentivar a la gente de que gaste más rápido, pero la situación internacional cambió. Ahora es que sigamos gastando, pero vamos un poco más despacio, tratando de proteger los objetivos originales. Estas son turbulencias. Por ejemplo, si vas a Nueva York y te agarra la turbulencia sobre Colombia, no te regresas a Lima, sino vuelas más alto o más bajo; no te ajustas el cinturón, solo te lo pones, y sigues el camino. No regresas, y mientras más cerca estás del objetivo hay menos posibilidad de retorno. Si tenemos éxito, entonces el estándar de vida de nuestros compatriotas va a mejorar.
¿Pero hay un descontento que le indica que algo está fallando?
Vamos a dar toda la ayuda técnica a las áreas de mayor necesidad. Tendremos técnicos en el campo, no en jirón Junín (sede del MEF). El objetivo es llegar a las localidades donde existe la preocupación de que no están llegando los beneficios del crecimiento. Yo pienso que si hay humo es porque hay fuego; por eso estoy atento a las quejas.
Atajando disparos... pero también anotando goles
Recordando la figura de su padre, el 'Mago' Valdivieso, le han establecido una comparación: que usted tendrá que atajar disparos tanto de adentro como de afuera. Pero también su padre fue un memorable goleador, y de allí que usted tiene que anotar en este partido. Cuando deje el cargo y le pregunte qué goles hizo, ¿qué quisiera decir?
Quisiera que el Perú sea más atractivo a la inversión, pues es la manera más rápida de atraer conocimiento de afuera. Lograr lo que se llama la convergencia tecnológica, igualarnos a nuestros socios comerciales. Avanzar en la reforma, tener un mercado laboral que funcione eficientemente y que genere empleo digno y bien remunerado. Me gustaría avanzar en la eficiencia del Estado. Una estrategia concertada y bien discutida. Cumplir con la reforma económica, y la he visto en muchos países en los cuales he trabajado. Tengo 28 años de experiencia discutiendo planes económicos, desarrollo y estrategias con países. Claro que es distinto estar del otro lado de la mesa.
En ese esquema, usted que viene del FMI, el Perú exige mucha creatividad y adaptabilidad, pero los técnicos del fondo son conocidos por sostenerse sobre fórmulas y modelos rígidos, que consisten en que lo que no está allí no se aplica.
Eso se ve de afuera. Lo que pasa es que la posición que se presenta cuando estás en negociación es muy monolítica. Se presenta una sola posición. Pero el FMI no impone, lo que se busca es que haya una capacidad de gestión del país. Al final se vuelve un apoyo. Nadie va a venir a resolver los problemas del Perú, porque lo tenemos que resolver los peruanos. Eso no te lo puede decir un burócrata que está sentado en Washington. El uso más apropiado de las instituciones internacionales es emplearla como segunda opinión, porque la primera es nuestra. Los peruanos hacemos el menú con los ingredientes que tenemos, porque además somos un país con capacidades.
publicado en El Comercio el 21 de septiembre del 2008