lunes, 28 de abril de 2008

El Perú y su apartheid solapa

León Trahtemberg , autor del presente artículo, es un consultor reconocido sobre temas relacionados con la educación. Ingeniero por la Universidad Nacional de Ingeniería y Master en Administración de Empresas por la Universidad del Pacífico. Además, realizó una especialización en Administración de la Educación en la Universidad de Lima y obtuvo un Magister en Educación en la Universidad Hebrea de Jerusalem. Es profesor y director general del Colegio León Pinelo y colabora regularmente con publicaciones importantes del Perú y del extranjero, principalmente con artículos relacionados con su especialidad. Es también conductor de entrevistas en Radio Programas del Perú. "El Perú y su apartheid solapa" fue publicado el pasado 20 de abril.

La Industria de Trujillo

por León Trahtemberg

Al final del interesantísimo libro del psicoanalista Jorge Bruce "Nos habíamos choleado tanto. Psicoanálisis y racismo", una cita de Max Hernández suena como un campanazo mental. Dice: "El Perú funciona como una Sudáfrica solapa" (la del apartheid), lo que ilustra la tesis del libro, que ve al racismo como un poderoso y omnipresente organizador de la vida de los peruanos, que contamina sus interacciones cotidianas. "Dos peruanos nos encontramos y, sin necesidad de hablar, inmediatamente nos escaneamos y nos ubicamos en este imaginario (racista)", dice Walter Twanama para quien las coordenadas para evaluarnos unos a otros en nuestras relaciones incluyen los rasgos físicos, el nivel socioeconómico, el nivel educativo-lingüístico y la calidad de migrante. Esto nos ha sido inculcado desde niños, junto con la convicción de que los blancos son naturalmente más inteligentes y capaces para mandar que el resto de los peruanos.

Para Bruce, una de las herramientas sociales que más contribuye a consolidar, legitimar y dar continuidad al racismo es la publicidad, que avanza impune en un terreno social lleno de silencios cómplices de quienes en esencia están de acuerdo con el racismo, lo que explicaría la prolongada indiferencia frente a lo que les pasaba a los indígenas peruanos en la guerra interna. Era una forma pasiva agresiva de hacer de cuenta que ellos no existen y de expresar el deseo real de que no existan.

Si bien los publicistas lo justifican en nombre de una voluntad aspiracional de la gente que aspira a alcanzar un determinado status y estilo de vida, encarnada en personas que no tienen los rasgos fìsicos de la mayorìa de la población peruana, uno de ellos, Gustavo Rodriguez, sale al frente criticandolos por ser productores de mensajes de exclusión, una extensión gráfica de la que ocurre en la admisión de las discotecas racistas.

La otra gran herramienta que perpetúa el racismo es la precaria educación que reciben los sectores discriminados, que atrofia su ascenso socioeconómico permitiendo mantener incólume el mito de su inferioridad biológica. Por su parte el estado se comporta como si esto no ocurriera o no pudiera ser de otra manera, y no hace nada al respecto.

Así, el racismo constituye una justificación ideológica para la perpetuación del statu quo, en el que la distribución de bienes coincide con las categorías raciales, étnicas o culturales que lo legitiman. Eso sin duda causa un enorme resentimiento social que es crónico en nuestro país. En ese contexto, el discurso que valora el mestizaje sólo funciona como coartada frente a la choledad que nadie quiere reconocer como propia por su carga de estigma y denigración.

El libro finaliza con una crítica a los psicoanalistas peruanos que postulan una neutralidad que conduce al silencio con el que le han negado a la sociedad su aporte intelectual. Ese silencio analítico, aun frente a conmociones sociales gravísimas, en el fondo no es más que otro síntoma del racismo ya que se usa como un escudo para hacer de cuenta que el problema no existe.

Bruce piensa que el racismo difícilmente podrá ser erradicado, pero que aun así el esfuerzo por comprenderlo en todos sus extremos puede permitirnos desarrollar antídotos para atenuar el daño que produce. Sin duda, estamos frente a otro valioso aporte que intenta ayudarnos a entender qué nos pasa a los peruanos.

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