Bovary y el grifero
Diario El Comercio
por Robby Ralston
Estábamos en el pequeño grifo de algún pequeño pueblito a medio camino entre Huancayo y Tarma. La familia en pleno bajó a estirar las piernas y mientras el grifero nos despachaba combustible, le pregunté qué era lo que escuchaba en su radio a tanto volumen.
-Es Madame Bovary, señor-dijo entusiasmado-. Acaba de empezar en "Mi novela favorita".
Los minutos que estuvimos ahí fueron suficientes para que Cata, Marina, Jessica y yo quedásemos enganchadísimos con la trama. Sintonizamos RPP en el auto y continuamos viaje en la mágica compañía de la novela de Flaubert, comentando los acontecimientos en cada corte comercial.
Ya pasó casi un año de este primer encuentro con "Mi novela favorita" y no dejo de pensar en la potencia de una idea tan simple como esa en manos de un medio con tanto alcance como RPP. ¿Cuándo antes un grifero, un gasfitero o un chofer de combi conoció la historia de Bovary? Nunca.
Hoy esa cultura clásica está al alcance de todas las clases sociales del país. Y repito "de todas las clases" porque poder pagar un libro no significa que todos puedan o quieran ser lectores.
Muchos comparan la nueva generación con la de nuestros abuelos y concluyen: los jóvenes no leen libros, ergo son ignorantes. Yo lo dudo.
Me pregunto: ¿Cuántas páginas tenía el diario que leían los abuelos? ¿Cuántas revistas había? ¿Cuántos documentales vieron? ¿Cuántos blogs leían, cuántos websites visitaban, cuántos mails les llegaban diariamente?
Es otro mundo, otro mercado. Otro consumidor. Este consumidor lee tanto o más que los de antes, pero no solo lee libros. Antes se leía para aprender y también para entretenerse, hoy hay otros formatos igual de interesantes y entretenidos. ¿Ignorantes? Yo lo dudo: a los 18 tienen más información que ninguna otra generación.
Soy lector y he inculcado el hábito en mis hijas, pero reconozco que el medio no es el mensaje. ¿Se trata de que lean libros o que reciban la cultura? En lo particular, me gusta tanto cuando ellas leen como cuando ven Discovery, History, Biography, o -volviendo al tema- cuando escuchan "Mi novela favorita".
Quizá muy pocos chicos tengan los medios o el tiempo para disfrutar la literatura clásica. Quizás muy pocas personas tengan la base necesaria para enfrentarse a un libro de dos tomos. Pero gracias a "Mi novela favorita", hoy pueden entender el drama del jorobado de Notre Dame o el heroísmo de Miguel Strogoff.
Si se trata de promover la cultura, RPP nos está enseñando el camino. En lugar de promover el libro (¿por qué no el papiro o el pergamino?) RPP ha "sintonizado" con el consumidor y ha adaptado el contenido cultural al formato que él prefiere. Eso es márketing del mejor y la cultura merece marketearse así.
Siempre habrá un mercado de consumidores para el libro, pero la cultura debería independizarse de cualquier formato y ensayar caminos mucho más universales; de esos que pueden hacer que un grifero, un publicista y sus respectivas familias, disfruten de Madame Bovary.